domingo, 15 de marzo de 2015

Análisis de película “El acorazado Potemkin”

Análisis de película: El Acorazado Potemkin by Marissa Guerrero Ortega


“El acorazado Potemkin”

Guerrero Ortega Marissa
Universidad del Valle de Atemajac
Turno 1
Grupo 71
Teoría y estrategia del cine
Profesor: Alfredo Orozco Valenzuela
19-21 de febrero de 2011



            El cine soviético inició a partir de la Revolución de Octubre en 1917, siendo los films principalmente una forma de propaganda para expandir la ideología de la revolución así como  una crítica a la política[1]. Algunas características generales son el rechazo de la narrativa burguesa, el experimentar con el montaje y las innovaciones estéticas.
Uno de los cineastas más representativos de la vanguardia rusa es Sergei Mikhailovich Eisenstein (1898-1948), quien también estudio ingeniería y fue director de teatro,  con  su obra cumbre El acorazado Potemkin, en su idioma original, Bronenosets Potyomkin (Броненосец Потемкин).
La película fue filmada en 1925 como encargo para incrementar y reflejar el espíritu de la revolución, para celebrar el XX aniversario del ‘ensayo revolucionario’ de 1905. La festividad consistía en ocho películas y una de ellas fue El acorazado Potemkin[2]. Fue producida por Gosinko y el guión estuvo a cargo de Eisenstein y Nina Agadzhanova-Shutko. El film fue estrenado el 1ro de enero de 1926 en el Teatro Bolshoi, Moscú.
Fue filmada con cinco rollos de 1 740 metros[3], fotografiada por Edward Tisse, como ayudantes de dirección estuvieron A. Antonov, Mijail Gomarov, A. Levshin... Y Gregori Alexandrov como ayudante de Eisenstein. Se rodó en escenarios  naturales y el barco fue una copia exacta, nombrado ‘Los doce apóstoles’.
Se le considera al film un documental realista y de carácter histórico donde se expresa la rebeldía de los ciudadanos antes la injusticia y la tiranía, que recurre a metáforas simbólicas a lo largo de la película.
El acorazado Potemkin se divide en cinco partes, todas aproximadamente de quince minutos:
La primera parte, “Hombres y gusanos”, comienza con tomas de un mar violento y una cita de Lennin sobre la Revolución Rusa.  Los marineros del Potemkin duermen y tras un acto de humillación por parte de un vigilante a uno de ellos, se expresa  por primera vez el deseo de levantarse en armas, incitándolos Vakulinchuk. En la mañana,  se les entrega a los marineros del Potemkin carne podrida como alimento. Esta simboliza los humanos devorados por los gusanos como la idea de muerte y una semejanza entre los tiranos y oprimidos: hombre devorando a hombre.  Los marineros, indignados,  se niegan a comer. Uno de ellos, al lavar un plato, lee la inscripción ‘el pan nuestro de cada día, dánosle hoy’ por lo que lo rompe enojado.
Durante la segunda parte, “Drama en el Golfo tendrá” es la sublevación de los marineros. Inicia con el capitán reuniendo a todos y a quienes no  les gustó la sopa, los ahorcará.  Matiushenko trata de juntarlos en la torreta. De mientras, el sacerdote agita su cruz como si fuera un mazo de juez, por lo que adquiere una simbología que refleja ‘la justicia’.  Una vez que la guardia va a disparar, Vakulinchuk los hace dudar al decirles ‘Hermanos… ¿contra quiénes disparáis?’ Bajan las armas y los marineros dan inicio a la rebelión. Esta parte termina con la muerte de Vakulinchuk y la victoria de los marineros.
“El muerto clama”, la tercera parte de la película, inicia con una lancha que se dirige al muelle de Odesa a dejar el cuerpo de Vakulinchuk en una tienda de campaña, donde se lee a su lado ‘por una cucharada de sopa’.  Ahí, las personas van a admirar el cuerpo y en los ciudadanos de Odesa se origina poco a poco el propósito de unirse para acabar con los opresores.  
En la penúltima parte, “La escalera de Odesa” los ciudadanos llevan víveres a los marineros del Potemkin y los saludan triunfantemente desde la escalera de Odesa hasta que los oficiales, a quienes no se les ve el rostro para dar el efecto de deshumanización, disparan contra ellos, dando inicio a una matanza mientras las personas huyen  por las escaleras.  Se  muestra el asesinato de un niño y su madre, caminando en sentido contrario hasta llegar  a los oficiales, tiene el mismo final que su hijo.  También se observa el descenso de un bebé en carriola por las escaleras, después cae brutalmente al piso. Finalmente, antes de que disparen los cañones del Potemkin contra las tropas del zar, se admiran  tres  tomas de estatuas de leones, una dormida, una que despierta y la última levantada, representando el despertar de la revolución. “La escalera de Odesa” es un momento culminante en la película, consta con más de 1 347 tomas[4] y más de 130 planos[5].
La última parte del film, “Encuentro con la escuadra”, se desarrolla en el Potemkin. Los marineros intranquilos aguardan a que la flota del zar los ataque; cae la noche y a la mañana siguiente se preparan para pelear, alistando cañones. Sin embargo pasan por la escuadra sin violencia, victoriosos y saludando a sus ‘hermanos’ del otro buque.
Eisenstein maneja un montaje ‘intelectual’ que trata de yuxtaponer imágenes con significado simbólico, es la relación de dos planos diferentes que generan una idea. Por medio de imágenes concretas se propone una idea abstracta. Un ejemplo de ello es la secuencia de los leones en “La escalera de Odesa” y las tomas de los puños cerrados casi al final de “El muerto clama”.
Durante el film se emplean  planos fijos y descriptivos. No se usan los desplazamientos  en la cámara ya que el movimiento se determina por el montaje y la acción. Sin embargo hace dos travellings, uno en la escena de la escalera y otro en la tercera parte, cuando están los ciudadanos en el malecón. Utiliza constantemente planos generales con la principal función de describir. Durante la película se pueden apreciar diferentes planos de close up para enfatizar; por ejemplo, en “Las escaleras de Odesa” destaca el rostro de varios ciudadanos aterrorizados, el de una mujer que ve caer a un bebé en carriola…  También usa planos de detalles, como las larvas en la carne en “Hombres y gusanos”, los cañones, el plato donde se lee ‘el pan nuestro de cada día, dánosle hoy’… Se utilizan  picadas, en algunas tomas del pueblo y de los marineros.
            Eisenstein recurre al ‘montaje de atracciones’ para, como su nombre lo dice, atraer al espectador a instante; él lo define, desde un punto de vista teatral, como un momento agresivo que somete al espectador a una acción sensorial o psicológica que por medio de la experiencia, produce en el espectador shocks emocionales, condicionando la posibilidad de percibir el aspecto ideológico del espectáculo mostrado como un conclusión ideológica final[6]. Además, menciona que la atracción puede ser ‘una presión’ de  cualquier hecho que produce un efecto determinado. Eisenstein busca el ir de la imagen al sentimiento y del sentimiento a la idea.
            La teoría de la emoción es un elemento que se puede apreciar en la obra de Eisenstein, tratando de expresar las emociones en común de los personajes como masa, es decir, se generar una idea desde lo emotivo.
            Para S. Eisenstein existe una estructura del discurso, construyéndose a partir de la forma y así, construir un nuevo lenguaje cinematográfico. Crea un lenguaje conceptual por medio de imágenes, además de utilizar recursos gráficos como el paralelismo visual. Se utiliza en el manejo de la perspectiva las líneas y una confrontación entre el volumen y la luz.
Respecto a los personajes, a pesar que logran destacar algunos, como los marineros Vakulinchuk y Matiushenko, no hay un individualismo, sino que persiste la masa. Individualiza a la multitud por medio de planos como close up.  No se enfoca en un solo protagonista ni antagonista, distingue los tiranos y opresores como los oficiales del Potemkin y los guardias del zar y al pueblo y marineros oprimidos.
            La música, a pesar de ser muda la película, complementa las acciones realizadas, dando una intensidad a las emociones. Permite que nos introduzcamos más en los acontecimientos. La música original fue de Edmund Meisel, Neil Tennant y Nikolai Kryukov.
            El acorazado Potemkin sin duda marcó un antes y un después en la historia del cine, innovando principalmente en los planos y en el montaje. A pesar de que no parezca en la actualidad tan importante el montaje, sin las bases y los estudios que dejo Eisenstein, no habría evolución en el lenguaje cinematográfico, pues cabe recordar que lo que se conoce actualmente no se desarrolló con una sola película ni siempre ha existido.  La película te adentra poco a poco, permitiendo varios momentos intensos, como el motín de los marineros y más tarde,  la matanza en Odesa, logrando desarrollar una tensión en el espectador de inicio a final que culmina en un ‘final feliz’, utópico de libertad.  La historia va incrementando  hasta  explotar en la revolución y la atmosfera donde se desarrolla es realista y con cierta  presión.  
            Eisenstein propuso una forma diferente de ‘hacer cine’[7] que no sólo se debe a lo ya mencionado, sino a su estilo y en cierta parte  a ‘su marca personal’.  Sus aportes al cine continúan desarrollándose y sus films, siendo objeto de estudio. Una de las partes más aclamadas es “La escalera de Odesa”.  Un punto relevante es que cada film ‘va’ con su época y se sustenta en el contexto en que se vive. El acorazado Potemkin y más películas de Eisenstein son un claro ejemplo de ello. Refleja por medio de la cámara, planos, simbología…  la ideología que surgió en ese periodo, marcando una nueva etapa dentro de la historia no sólo del cine, sino mundial.
Biografía
Sergei Eisenstein, El acorazado Potemkin, film, 1925, URSS.
Vicente Sánchez, El montaje cinematográfico, Paidos comunicación 86 cine; pp. 88, 205-207.
Larousse; El cine, España 2004, p. 338.

Sergei M. Eisenstein; El sentido del cine; Siglo XXI, México octava edición 1999.

Larousse; Enciclopedia metódica 2000 Las Artes; Colombia
Román Gubern, La historia del cine 1, Baber, España, 1988, pp. 247-252.
Georges Sadoul, Historia del cine mundial desde los orígenes, Siglo XXI, 1998 16ª edición, pp. 167-168.
http://www.imdb.com/title/tt0015648/fullcredits#cast





[1] Algunos de los directores soviéticos más destacados, además de Esisenstein, son Dziga Vertov, Lev Kulechov, Vsevolo Pudovkin…
[3] Serei Eisenstein; El Sentido de cine; Siglo XXI, México, octava edición, 1999.
[4] Larousse; Enciclopedia metódica 2000 Las Artes; Colombia; p. 287
[5] Larousse, El cine, España 2004; 100 películas para recordar  ‘El acorazado Potemkin’ p. 338.
[6] Vicente Sánchez, El montaje cinematográfico. Eisenstein publicó “El montaje de atraccion” en la revista Lef , París, 1974.
[7] Otras películas de Eisenstein son La huelga (1925), Octubre (1928), La línea general (1929),  Alexander Nevsky (1938), Iván el terrible (son tres partes), ¡Qué viva México! (incompleta). 

1 comentario:

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